En mi infancia tuve la suerte de probar multitud de deportes, pero el baloncesto fue el que me apasionó. En mi trayectoria he jugado en diversos clubes de la Comunidad Valenciana. Esto me ha permitido conocer a gente maravillosa con la cual he compartido experiencias y aprendizajes del deporte aplicables a la vida. Como jugador de baloncesto, me di cuenta a una edad temprana del enorme papel que jugaba mi mente en mi deporte. Disfrutar jugando alcanzando el estado de fluidez, mantener una relación saludable con mi deporte, dar mi máximo rendimiento o superar momentos de adversidad son objetivos que nunca hubiese podido conseguir sin un entrenamiento psicológico. Sin embargo, también me di cuenta de que este trabajo no era común, quedando muchos deportistas, equipos o entrenadores sin alcanzar su potencial. “Es bueno pero le falla la cabeza” es una frase que he escuchado innumerables veces.